Vistas de página en total

lunes, 20 de enero de 2014


Cariño, sé que a veces o la mayoría del tiempo me muestro fría, sin sentimientos, pero tú sabes perfectamente porque me muestro así. Tú, me has rescatado de las tinieblas, cuando creía que estaba perdida llegaste tú demostrándome que podía ser feliz. Contigo tocaba el cielo. Sé que todo el tiempo peleaba contigo y pelear no era algo normal en mi. Pero esa era mi forma de demostrar lo que sentía por ti. En muchas ocasiones se escapaban algunos "Te quiero" de mi boca, pero no sabes cuánto costaban decir esas palabras. Tú me mirabas a los ojos y me decías "Te quiero más mi pequeña" y en ese momento, sentía que no existía nada más perfecto. Pero con el tiempo, todo comenzó a cambiar. Me mostraste que en realidad no eras ese chico soñado, sino que eras un capullo más. Me decías cosas preciosas al mismo tiempo que se las decías a otra. Era una pobre ilusa que estaba perdida en tus ojos, esos ojos que me movían el suelo. Me habías engañado y estuve sufriendo tanto tiempo. No sabes cuánto me costó superarte.
¿Y ahora qué haces aquí? Dime qué estás haciendo nuevamente a mi lado. Me dices que me quieres y que sientes mucho lo sucedido, que has sido un idiota y que nunca volverás a cometer el mismo error. Peor, dices que me quieres y que por mi has cambiado, por mi. ¿Y yo cómo debería sentirme al respecto?
Cariño, estoy destrozada. ¿Es que aún no ves lo que me has hecho? ¿Aún no ves cuánto he cambiado desde aquella noche en la que nos miramos y noté que te quería? La chica risueña que creía en los cuentos de hadas ya no existe. Has dejado a una chica destrozada, con su corazón roto y miedo al amor. Miedo a lo que le pueda suceder. Miedo a que le rompan el corazón como un día tú lo hiciste.

No hay comentarios:

Publicar un comentario